¿Cómo funciona la campaña de distribución de donaciones en la pandemia?En nuestras primeras donaciones de insumos básicos hicimos un registro de las personas más cercanas al centro cultural. Después, fuimos a otras localidades más necesitadas, donde la infraestructura de las casas es muy precaria, no hay instalaciones sanitarias o suministro de agua —simplemente no existe la estructura o fue hecha de manera artesanal por los mismos habitantes—. Las casas están hechas en madera, el piso es de tierra. Si estalla un tubo, se arma un lodazal en el medio de la calle. Los niños caminan descalzos. Las casas no tienen dirección, las calles no llevan el nombre. Fuimos a esos lugares presencialmente y conversamos con cada uno de los habitantes, hicimos el registro de cuántos niños había, si habían logrado recibir el auxilio de emergencia del gobierno o no… Al otro día salimos a llevar las donaciones. Llevamos todo lo que había aquí, además de algunos alimentos orgánicos que habíamos recibido de colectivos de otras favelas. Intentamos optimizar al máximo esas donaciones para que fueran bien direccionados.
¿De qué manera las recomendaciones básicas de la OMS en la pandemia, como lavarse las manos o quedarse en casa, se vuelven un problema en la favela?Un punto que el colectivo destaca hace muchos años es el derecho a una vivienda digna. Cuando hablamos de violaciones de derechos dentro de las favelas las personas automáticamente piensan en una operación de la policía, pero hay otras violaciones. Cuando una persona acude al sistema de salud pública y no la atienden, o la atienden con precariedad, eso es una violación de sus derechos. No tener saneamiento es una violación de los derechos humanos. Entonces, en un momento de pandemia, vemos que ninguna de las medidas de protección o de prevención al Covid19 se encaja en la favela, porque son territorios donde esas medidas ya no existen.
En enero de este año hubo un problema de contaminación del agua de la ciudad. El agua llegó turbia a muchos barrios, y a las favelas simplemente dejó de llegar. ¿Hay todavía localidades de Acari sin suministro de agua?Las favelas sufren una falla histórica en el suministro de agua. Vivo en una calle que casi nunca se queda sin agua, pero en aquella época estuvimos algunos días sin suministro, tuvimos que comprar agua mineral. En varias localidades de la favela los habitantes tuvieron que financiar la instalación de tanques de agua colectivos. La favela se fue organizando de acuerdo con su propia necesidad, porque el poder público no estaba presente para garantizar los derechos, sólo para violarlos. Es bueno señalar que eso no sucede de la nada. Vivimos en un sistema elitista, racista y machista, y la favela es todo lo que los molesta. La favela es negra, es pobre y tiene una cuota muy grande de mujeres cabeza de familia.
Fuente: Vice