Perú

El Perú está viviendo una crisis política muy grave, no sólo como momento crítico o de transición, sino como expresión del total agotamiento de las reglas de juego y de las formas de gobierno que se han disfrazado hasta ahora con la palabra “democracia”. Por un lado, las políticas adoptadas en las últimas décadas han mostrado la indiferencia del Estado hacia las necesidades de la población. Por otro lado, los permanentes enfrentamientos entre poderes del Estado, el legislativo y el ejecutivo, han alimentado la desconfianza de gran parte de la población hacia la clase política, dando lugar a nuevas protestas e inestabilidad. El país tiene muchos retos que superar, el más amplio e importante es la corrupción que se ha colado en todo el aparato estatal. El crimen organizado ha tenido un importante ascenso, sobre todo el narcotráfico: desde el 2015 Perú es el mayor productor de hojas de coca de todo el mundo. Estos dos problemas marchan juntos y provienen del debilitamiento de la institucionalidad democrática y la polarización social en estos últimos años, y se han fortalecido con la pandemia. Como si fuera poco, el país aún sufre por las heridas provocadas por el gobierno del expresidente Alberto Fujimori, que gobernó de 1990 a 2000 y condenado en 2009 a 25 años de cárcel por corrupción y crímenes contra la humanidad.