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Pronunciamientos Llamado a los habitantes y pueblos de Guatemala para enfrentar la pandemia de Coronavirus.
18 Junio 2020
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LLAMADO A LOS HABITANTES Y PUEBLOS DE GUATEMALA PARA ENFRENTAR LA PANDEMIA DE CORONAVIRUS TRANSFORMANDO NUESTRO PAÍS EN UNA COMUNIDAD JUSTA, IGUALITARIA, FRATERNAL Y RESPETUOSA DE LA TIERRA, NUESTRA MADRE. 

El Presidente de la República de Guatemala, a diferencia de gobernantes de otros países, ha tomado rápidamente medidas para reducir la difusión del Coronavirus. Pero la desigualdad social, la pobreza y extrema pobreza en la que vive la mayor parte de los habitantes de este país, no permiten que las normas sean respetadas. Para cumplir con el toque de queda y preservar la salud se debe tener una vivienda con agua, luz, espacio suficiente para convivir en 7-8 en la misma cama, se tienen que tener recursos suficientes para comer, y eso es imposible para la mayoría de la gente. En el área rural, particularmente en las comunidades mayas, las condiciones de vida son muy duras, los centros de salud escasos, el salario insuficiente para una vida digna y la desnutrición, que disminuye las defensas y afecta a más del 50% de las niñas y niños, es aún más elevada. 

Otras personas a riesgo son aquellas que no tienen una vivienda y están obligadas a vivir en situación de calle, sin ningún apoyo y servicio. Se estima que son más de 40,000 de los cuales la mitad en la ciudad capital. Los refugiados expulsados de los Estados Unidos sin las medidas elementales de protección, considerando que gran parte de ellos son contagiados por el Coronavirus, encuentran muchas dificultades en reinsertarse en su país. 

Los habitantes de los asentamientos y de muchas colonias populares, frecuentemente viven en habitaciones pequeñas e insalubres y, como el 70% de los trabajadores, tienen que vivir al día, comen solo cuando logran ganar algo vendiendo u ofreciendo servicios. Para estas personas el toque de queda es solo un daño. 

La condición de muchas mujeres, quienes a menudo son solas para ocuparse de su familia, se vuelve más difícil, y el aislamiento social puede favorecer la violencia intrafamiliar, los abusos sexuales, hasta feminicidios. Las niñas y niños quienes necesitan jugar y crecer juntos a sus compañeras y compañeros, sufren en este periodo de aislamiento, y los más pobres no tienen computadoras, smartphones o la televisión, y no pueden seguir estudiando. A menudo tampoco los padres tuvieron la posibilidad de estudiar, y por lo tanto no les pueden apoyar. 

Los jóvenes de los barrios populares, quienes ya anteriormente no tenían posibilidad de estudiar o trabajar, no tienen un futuro, la oportunidad de formar una familia y una vivienda. 

Las ancianas, los ancianos, y las personas discapacitadas y abandonadas también sufren enormes desventajas como falta de jubilación o ingresos insuficientes, que no les permite comprar medicinas, y a menudo se ven obligadas a trabajar de forma humillante hasta los últimos de sus días o pidiendo la limosna en los semáforos para poder sobrevivir. Su situación se ha vuelto intolerable durante esta pandemia. 

También las personas privadas de libertad en centros de reclusión sobrepoblados y sin posibilidad de distanciamiento social, sin servicios médicos adecuados, corren el riesgo de ser fácilmente contagiados. 

Otra categoría de personas que no tienen medios de sobrevivencia son aquellas que ya en tiempos normales son discriminadas, humilladas, a veces asesinadas, porque tienen una orientación de genero diferente, y ganan su vida ofreciendo servicios sexuales. 

Una lucha eficaz contra la pandemia tiene que empezar con medidas a favor de todas estas categorías de personas. 

Pero ¿cómo empezar a respetar los derechos de todas estas personas, sin cambiar radicalmente la sociedad? 

Se tienen que respetar no con palabras, sino con hechos, los derechos de todas las comunidades, de todas las niñas, niños, jóvenes, adultos y ancianos de nuestro país. El derecho a la vida, a la participación política, a una alimentación sana y equilibrada, a la salud, a la instrucción, a un trabajo digno, a la igualdad con todas las otras personas, a la justicia. Esto exige un cambio radical de sociedad que le podrá permitir a cada comunidad y a cada persona volverse feliz porque iguales y amigas de todos los demás. Sin amistad y sin amor no hay felicidad. 

Al Presidente de la República, Doctor Alejandro Giammattei quien quiere defender la vida de todos los guatemaltecos, le pedimos seguir su lucha contra el Coronavirus de modo decidido y sabio, y pensando en proteger los más vulnerables. Contamos con él para que dirija el ejecutivo, los ministerios y las otras instituciones estatales, para que trabajen a favor de todo el pueblo y no de minorías de privilegiados, y que luchen sin piedad contra la corrupción y los robos de los bienes públicos. También les pedimos respetar la democracia, la libertad de asociarse en partidos u otras organizaciones, la libertad de prensa y de expresión de opiniones contrarias. 

Les pedimos a los alcaldes y a los consejos municipales, quienes conocen bien las necesidades de sus comunidades, tomar las medidas y unirlas en un proyecto de igualdad y atención hacia los más vulnerables. 

A todas las personas quienes trabajan en las instituciones del sistema de justicia, Ministerio Público, Corte Suprema de Justicia, Tribunal Supremo Electoral, Corte de Constitucionalidad, les pedimos la total independencia del poder ejecutivo, empresarial y de las asociaciones ocultas, y les instamos a seguir su lucha contra los corruptos, los feminicidios, la trata de seres humanos, los abusos contra las niñas y niños, la explotación laboral infantil, los crímenes contra la humanidad. Les pedimos escuchar a los más humildes, y acabar con un sistema judicial que favorece a los privilegiados. 

A la Procuraduría de los Derechos Humanos, le pedimos seguir su trabajo ejemplar y en esta temporada de Coronavirus, prestar una atención especial a las personas de categorías más vulnerables. 

A todos los que retienen recursos y riquezas, a los integrantes del CACIF, a todas las empresarias y empresarios, a los azucareros, a los cafetaleros, a los que se enriquecieron con tráfico de droga, armas y extorsiones, les pedimos poner sus riquezas y recursos a la disposición de los pueblos que son los legítimos propietarios. A los representantes de todas las religiones, iglesias, asociaciones laicas, les pedimos poner a la disposición de los más necesitados, sus recursos, sus edificios y su influencia moral. Necesitamos una fuerte espiritualidad de unión, amor, solidaridad y liberación. 

A todas las ciudadanas y ciudadanos les pedimos colaborar de forma responsable en la lucha contra el Coronavirus, y en la transformación solidaria de la sociedad. Les pedimos a todas las comunidades oponerse a cualquier forma de rechazo, marginación, discriminación contra las personas más excluidas y vulnerables, en particular de los conciudadanos deportados y de los que viven en situación de calle. Nosotros, representantes de las asociaciones de la sociedad civil, que firman este llamado, ya estamos participando en esta lucha contra el Coronavirus. Queremos agradecer a todas las personas quienes arriesgan su vida para salvarnos: doctoras/es, enfermeros/as, personal de salud. Las personas de las instituciones estatales, los agentes de la Policía Nacional Civil y Municipal, los recolectores de basura, los que siguen produciendo y transportando alimentos, combustible, y todos los que permiten mantener funcionando la economía y la sociedad. Admiramos y agradecemos a tantas asociaciones ya existentes o que nacieron para responder a las necesidades de este tiempo, preparando y distribuyendo gratuitamente decenas de miles de tiempos de comida, bolsas de alimentos y productos para protegerse del contagio, realizando visitas a las personas ancianas, enfermas, discapacitadas. 

Todas estas personas, ya son la Guatemala Nueva. 

Esta Guatemala Nueva tendría que organizarse para enfrentar la fase aún más difícil que llegará después del Coronavirus. La fase de carestía y de difícil reconstrucción de la economía que tendrá que ser social, solidaria, y respetuosa del medioambiente y de la Tierra. Una Guatemala Nueva podrá dar un aporte importante para la reconstrucción de la sociedad y la economía mundial. Tenemos que sentirnos ciudadanas y ciudadanos del mundo, mujeres y hombres planetarios, quienes se hacen responsable de toda la humanidad y de toda la Tierra y el Cosmos. El gran riesgo en estos tiempos es que se refuerza aún más el poder de pequeñas minorías que dominan el mundo por su propio interés, y ponen en peligro la existencia misma de la humanidad y de la Tierra. 

El ataque del Coronavirus es una advertencia de que todo tiene que cambiar radical y rápidamente, de lo contrario tendremos que prepararnos a lo peor, a luchas fratricidas, sublevaciones populares duramente reprimidas, al infierno del odio, y al fin de nuestra civilización. 

¡TODAS Y TODOS JUNTOS CON HECHOS, UNIDAS Y UNIDOS EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA GUATEMALA NUEVA Y DE LA NUEVA HUMANIDAD! 

Organizaciones firmantes:

Red Alas

MOJOCA

SiembraBien

Covida

Grupo Ceiba

AVANCSO

ACJ-YMCA Guatemala

Asociacion contra el maltrato infantil

CGTG

Centro de Paz Barbara Ford

Cristosal

Fundacion Escuela Hojar - NPH

FMM

SEDEM

Sulla Strada

Sigo Vivo

SKD Guatemala

Pecosol

Pami

La casa de Cervantes

ODHAG

MTC

Fundacion Tiempo de Rescate Guatemala

JOC

ICCPG

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