El compromiso de Alas en América Latina contra las multinacionales del crimen y la corrupción. Don Luigi Ciotti: “Debemos ir al encuentro del mañana. No lo esperemos escondidos en la trinchea de nuestros prejuicos”.
Delay creciò en la favela Acarí de Rio de Janeiro. Narrador autodicta, entrenador de foot-ball, ha dedicado los ùltimos 40 años de su vida a la defensa de jòvenes contra la violencia de traficantes y de la policia, por esto, arriesga la vida. Ana salió de San Pedro Sula, en Honduras, hace diez años, para Mèxico. Busca su hijo desaparecido y en su doloroso pelegrinaje ayuda a otras familias de migrantes a reiunirse con sus seres queridos. Carla y Daniel son muralistas de profesión. En el tiempo libre, han llenado de imagenes multicolores el asentamiento de Leticia, que nace pegado a la colina de San Cristóbal de Lima, en Perù, transformandola en una meta turistica. Margarita, con una trenza larga blanca y piernas poco firmes, viaja a lo largo del altiplano boliviano de Oruro para proteger a la madre tierra de la voracidad de las minas.
“Poetas sociales”, define papa Francisco a estos pequeños que no se resignan a la ingusticia y construyen, con las propias manos cayosas, alternativas concretas a la cultura del descarto dominante. “Luchadores por la vida”, los ha definido conmovido don Luigi Ciotti, quien llegò a Ciudad de Guatemala para ver a los ojos y abrazar a estos «sembradores de cambio».
Son la gente de Alas, - América Latina alternativa social, la red promovida por Libera hace cuatro años y ya presente en 12 países del Continente. Forman parte de ella más de 60 organizaciones populares, cada una diferente por especializaciòn y àrea de trabajo, sin embargo, unidas, por un compromiso común, que el eslogan del "derecho a la seguridad" se convierta en una política de "seguridad de los derechos". Un tema crucial para la realidad latinoamericana, como lo demuestra la "manifestaciòn regional" de los últimos meses. Las multinacionales del crimen han capturado "porciones" enteras de estas democracias aún jóvenes del Continente. Ante su avance, a menudo, los gobiernos, " blandos" con las mafias, no dudan en ofrecer un puño de hierro contra los más débiles. Al mismo tiempo, una lucha adecuada contra la corrupción se transforma en un leitmotiv, desprovisto de contenido, dirigido contra los adversarios. A la raìz, los nudos reales permanecen sin resolver. Mientras que el peso de los "sobornos fáciles" recae sobre los pobres, despojados de los servicios básicos. Que se traduce en un aumento de la desigualdad, de la cual América Latina ya posee el récord mundial. Sin embargo, ante esta situación "no podemos, permitirnos ser pesimistas. Debemos ir al encuentro del mañana. No lo esperemos escondidos en la trinchea de nuestros prejuicos, en nuestras debilidades, en nuestras dudas", dijo Don Ciotti a los ochenta participantes de la tercera Asamblea de Alas. Después de una fase de rodaje, la red inició una fase de investigación y formación común a favor de las víctimas del "desarrollo", entendido como un modelo destinado a obtener ganancias a toda costa y, en general, vinculado a los intereses ilegales.
La protección de los activistas, la promoción de normativas para la reutilización social de los bienes confiscados al crimen y la construcción de una justicia minoril con rostro humano son las prioridades. Un compromiso que Libera ha decidido de acompañar duplicando sus esfuerzos. "Sólo el nosotros es el camino", dijo su presidente, quien ha estado visitando Guatemala desde el comienzo del Grupo Abele. No hay presente ni futuro para los navegantes solitarios».
Fuente: Avvenire. Traduciòn de Patricia Chetingber
