Más de 50 organizaciones se han reunido en una asamblea en Bogotá-Colombia para desarrollar estrategias de resistencia civil y construir alternativas al crimen organizado.

La última guerra civil – oficial – concluyò el primero de diciembre de hace un año. El 2 de diciembre del 2016, en Colombia, entró en vigor el acuerdo entre el gobierno y las Fuerzas armadas revolucionarias de Colombia (FARC), la cual cerró 52 años de conflicto armado. Sin embargo, terminada la temporada de guerrillas políticas y brutales dictaduras militares, América Latina aùn no conoce la paz. La porción de espacio entre el Río Bravo y Tierra del Fuego es la más violenta del mundo: es quì donde ocurren el 33 por ciento de los asesinatos en el planeta. Cada año, la violencia quema el equivalente a 3.5 del Pil total. Dinero que podría invertirse para colmar la atroz desigualdad social, hasta hoy la más alta del mundo. Las cifras, en algunos Estados, son como informes de guerra. De hecho, de guerras se trata, aunque sean anómalas. Que pasa, ¿qué esta pasando en América Latina?

Mafias y resistencia

El Continente es rehén de poderosas mafias globales que se han aprovechado de la fragilidad de las instituciones, después de décadas de regímenes autoritarios, han echado raíces. Han crecido fuertes en la abundacia de “recursos”, para ser utilizados en el mercado criminal transnacional, primero entre todas las drogas. Desde Honduras hasta México, desde Venezuela hasta Brasil, hay muchos actores ilícitos que mantienen en jaque a los gobiernos y a la sociedad. Los pueblos latinoamericanos, sin embargo, no se rinden a la violencia. Conscientes de que un crimen global requiere una respuesta global, bajo la coordinación de Libera Internazionale, más de 50 organizaciones, asociaciones y movimientos de once naciones se han unido a la Red Alas-Alternativa global. Para compartir experiencias, organizar proyectos conjuntos, unir sus voces contra las mafias que estrangulan el Continente.

Desde ciudad de México hasta Bogotá

Luego de la reunión constitutiva en la Ciudad de México, en mayo del 2015, la Red se reunirá de nuevo en Bogotá del 11 al 18 de diciembre del 2017 para hacer el balance del camino emprendido. Y continuar el viaje de "sembradores del cambio", como ha exhortado Papa Francisco en el segundo encuentro con los movimientos populares. La elección del lugar - Colombia - es en sí misma un mensaje. El País enfrenta su prueba más dura: transformar una paz de tinta en vida cotidiana. "Hasta la paz" es el eslogan de la segunda asamblea de Alas. Una invitación para la Colombia del post-conflicto, como para América Latina con sus guerras anómalas e invisibles.

Aquí el artículo de Lucia Capuzzi-Avvenire 

Traducciòn de Patricia Chetingber