Chile

No son 30 pesos, son 30 años. Lema de los momentos cumbre de las últimas décadas en la Transición a la democracia en Chile. Es un grito de protesta y exasperación que marcó el periódo pre pandemia, expresión por el altísimo costo de la vida frente a sueldos miserables, la penuria de las familias obligadas a endeudarse para garantizarse servicios básicos como salud, educación y jubilaciones. También nace de la necesidad de denunciar la trama de corrupción capilar instalada en las instituciones y entre los altos cargos del Estado. Durante décadas se ha protegido y enriquecido a una élite económica que ha apoyado directa e indirectamente a Pinochet y que incluso ahora parece tener el poder de diseñar el destino de su país. Aún quedan muchos desafíos por delante, entre ellos la necesidad de cambiar la Constitución, legado de la dictadura, y crear las bases de un Estado de derecho en el que se garantice la justicia y la dignidad de todos los ciudadanos. Además de las circunstancias de extrema pobreza, los pueblos indígenas sufren por la pérdida de sus tierras y de su territorio – como en el caso del pueblo mapuche – y por la discriminación por parte del gobierno.