Dia 3 de Mayo en México: Dia Mundial por la Libertad de expression

El 3 de mayo conmemoramos en el mundo el día de la libertad de prensa y en México, llegamos a esta fecha con sentimientos encontrados.

El 25 de abril fue asesinado Francisco Pacheco Beltrán, un periodista originario de Guerrero que de acuerdo con sus compañeros era “particularmente crítico con las autoridades”. El 28 de abril se cumplieron 4 años del asesinato de la periodista Regina Martínez en Veracruz, quien forjó su carrera a partir del trabajo crítico con los gobiernos de ese estado. Llegamos a esta fecha con la impunidad acumulada en los asesinatos de otros tantos periodistas: Rubén, Goyo, Moisés, Choco… (http://www.animalpolitico.com/2014/02/ellos-y-ellas-son-los-periodistas-asesinados-en-mexico-segunda-parte/)

Paralelamente, los periodistas llegamos a esta fecha con una certeza: el trabajo que hacemos, cotidianamente y bajo presión, el que se hace con la metodología y calma de un detective, el que se escribe o el que se guarda con la duda de si tendrá sentido, de si significará, de si sirve algo para sanar este herido país, ha encontrado sentido.

Dos investigaciones periodísticas han sido fundamentales para desmentir la “verdad histórica” que el gobierno mexicano ha querido construir sobre el ataque a los estudiantes normalistas de Ayotzinapa la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre del 2014:

La primera, John Gibler, autor del libro “Una historia oral de la infamia” descubrió una línea de investigación que el gobierno ocultó: la existencia de un quinto autobús en el que iban normalistas ahora desaparecidos. Su trabajo implicó la dolorosa y paciente escucha con sobrevivientes del ataque. El quinto autobús plantearía el uso de autobuses para el traslado de heroína, con la complicidad de autoridades de distintos niveles de gobierno. La segunda, los fotoperiodistas José Jiménez y Daniel Villa grabaron un video que implica al titular de la Agencia de Investigación Criminal, Tomás Zerón, en una posible “siembra” de pruebas para sostener la verdad del gobierno federal: los normalistas fueron quemados en el basurero de Cocula por criminales que los recibieron de manos de policías municipales, versión que exime de responsabilidad al gobierno de Enrique Peña Nieto. Ambas investigaciones fueron retomadas por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) –el grupo internacional que envió la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para investigar el crimen y el trabajo del gobierno- como parte nodal de su desmentido a la “verdad histórica”.

Cantidad de veces los periodistas hemos escuchado frases que repudian nuestro trabajo “prensa vendida”, “prensa amarillista” y en efecto, es necesario hacer un ejercicio crítico de las formas en que voluntaria o involuntariamente hemos actuado contra la sociedad revictimizando, criminalizando, discriminando, anulando. Es necesario también evidenciar a los medios de comunicación aliados del poder que sostienen verdades oficiales a cambio de publicidad oficial o no oficial.

Pero considero que ahora más que nunca, los periodistas debemos creer en nuestro trabajo; tener la convicción, como lo hemos platicado desde hace un par de años varios compañeros, de que nuestro trabajo ahora servirá para construir una verdad, una memoria sobre la violencia del estado criminal que vivimos desde que se declaró la “guerra contra las drogas”.

Los periodistas debemos defenderlo, demostrar que le sirve a la sociedad, que el ataque a los periodistas es un ataque directo a la democracia, a la construcción de un país, para que la sociedad asuma como suya la defensa a la libertad de expresión, pues no es algo que sólo incumbe a quienes nos dedicamos a este oficio.

Y en honor a todos los compañeros reporteros y fotógrafos que han sido violentados con acoso, amenazas, agresiones físicas, desapariciones y asesinatos por su trabajo (del 2006 al 2015 ha habido 52 ataques a medios de comunicación; en 15 años del “México democrático” 103 periodistas han sido asesinados y 25 desaparecidos) debemos continuar pese al riesgo, al temor, al cansancio, a la incertidumbre que implique. Continuar, insistir en escuchar, reportear y escribir la historia que las víctimas de esta violencia tienen ya escrita en su cuerpo y en su memoria.

Daniela Rea

Periodista y reportera de la organizacion Periodistas de a Pié